Gary Hall nadador olímpico estadounidense es tal vez el caso más conocido dentro del ámbito deportivo al ser diagnosticado con diabetes tipo 1 mientras se estaba entrenando.
Se detectó su enfermedad faltando año y medio para los Juegos Olímpicos del 2000. Cuando esto le sucedió él se dio cuenta de que tenía la oportunidad de demostrar que la diabetes no tiene que detenerte de alcanzar tus sueños.
Si hay alguien que lleva la natación en las venas es Gary, su abuelo, su padre y su tío compitieron en el equipo olímpico de natación estadounidense. De hecho, Gary y su padre, son el único dúo de padre e hijo que compitieron cada uno en tres Olimpiadas.
Él recuerda que cuando recibió la noticia estaba sentado y quería caerse de la silla y, que su primera pregunta fue ¿cómo va a afectar esto mi natación?
La primera vez en que Hall nadó a nivel de élite fue a una edad temprana mucho por la motivación y apoyo de su padre. Cuando Gary tenía dos años de edad y recién habiendo pasado los juegos de 1976, su padre después de ganar una medalla de bronce lo llevó por primera vez a la piscina.
Esto le permitió llegar a la natación competitiva desde los 13 años. Ya en la universidad, gracias a sus resultados en varias carreras claves, quedó claro que iría a los Juegos Olímpicos de 1996, donde a sus 21 años de edad formaría parte del equipo que traería a casa el oro .
Después de tomarse un tiempo libre en 1996 decidió volver a entrenar para los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. Lo que menos se imaginaba es que esta meta sería mucho más difícil de concretar que sus pasadas olimpiadas. En 1999, Hall recibiría un golpe devastador. Un día se desmayó y al día siguiente fue diagnosticado con diabetes, esto fue un shock ya que él siempre se había considerado una persona muy sana.
Dentro de sus síntomas estaban el hecho de tener sed todo el tiempo, estar orinando con frecuencia, además de tener visión borrosa, agotamiento constante, deshidratación y una inexplicable caída de su peso. Las complicaciones asociadas con la diabetes pueden incluir problemas cardíacos, enfermedad renal y ceguera.
La diabetes tipo 1, o diabetes juvenil, surge rápidamente por razones desconocidas y, es en realidad un trastorno autoinmune que destruye las células productoras de insulina del páncreas. El tipo 1 puede ocurrir en personas sanas, pero sus efectos son dramáticos, causando convulsiones e incluso el coma si no se maneja adecuadamente.
El médico de Hall también tuvo malas noticias en referencia a su carrera de natación, le dijo que no seria buena idea el seguir compitiendo y entrenando a su nivel. Gary junto con su padre que se había convertido en médico oftalmólogo se dieron a la tarea de consultar con varios otros médicos expertos.
Fue de esta manera que dieron con la doctora Anne Peters, endocrinóloga especializada en diabetes. Ella ayudó a Gary a formular un plan para manejar su diabetes, y también le animó a seguir nadando competitivamente. Ella nunca lo dejó usar la diabetes como una excusa, para hacer lo que tenía que hacer para manejar su enfermedad.
Fue autorizado a nadar nuevamente siempre y cuando él tuviera extremo cuidado con sus inyecciones de insulina así como el estarse midiendo sus niveles de azúcar en la sangre con un glucómetro.
Cuando Gary estaba en el pico de entrenamiento para la competición olímpica, entrenaba de cinco a ocho horas al día. Su exigente horario incluía kilómetros de natación, así como entrenamiento con pesas, boxeo, correr en sprint, e incluso buceo en aguas profundas como trabajo hipóxico.
Durante sus entrenamientos, Gary tenia que ser consciente de su diabetes, por lo cual salía del agua cada 45 minutos en promedio para medir sus niveles de glucosa, esto para ir probando sus límites y aprender a equilibrar el número de calorías que necesitaba para el entrenamiento olímpico con las restricciones de la diabetes ya que este era uno de los desafíos más difíciles.
Él dice que se dio cuenta de que a pesar de que él creía que comía bien antes de su diagnóstico, se percató de lo equivocado que estaba. Su dieta no era la idónea, se vio obligado a eliminar mucha comida chatarra y a cambiar alimentos por otros que le permitieran mantener un estable nivel de azúcar.
Hall comprendió gracias a su doctora que la clave para el manejo de la diabetes era la dieta, aprendió que al estar obsesivamente monitoreando su ingesta de calorías y carbohidratos, todavía podía nadar sin debilitarse.
Las personas creen que el ejercicio bajará los niveles de azúcar en la sangre y eso es cierto, sobre todo con el ejercicio aeróbico. Además de eso, en la competencia los atletas con diabetes tienen picos enormes en los niveles de azúcar en la sangre. Parte de eso es por el estrés, por las endorfinas, la adrenalina, y la respuesta hormonal a altos niveles de esfuerzo. A menudo era común para él en las grandes competiciones tener estos grandes picos.
Anticiparse y vigilar los picos como ese era y es clave, él cuenta la anécdota de que poco después de ser diagnosticado estaba en un autobús con su equipo de natación y en el camino se comió un sándwich no muy saludable de desayuno, él no podía creer la cantidad de insulina que tenía que inyectarse por algo que era del tamaño de una pelota de béisbol, casi el doble de lo que necesitaba para un plato de pasta saludable. Así fue aprendiendo que hay mejores carbohidratos y peores carbohidratos.
Su familia le apoyó con los cambios ya que todos hicieron el cambio de hábitos en aras de ayudar a Gary en todo su proceso de ajuste a una nueva vida.
Él se encontraba muy emocionado de poder seguir persiguiendo su sueño de ir a otra olimpiada, su sueño se gestó y se hizo realidad con gran éxito ya que ganó dos medallas de oro, una plata, y un bronce en Sydney, 2000.
En el 2004, Hall volvió a ganar el oro en los 50m estilo libre con 29 años, Hall se convirtió en el nadador olímpico estadounidense de más edad desde 1924, cuando lo fue Duke Kahanamoku. También ganó una medalla de bronce por competir en los 4×100 m de relevos en estilo libre.
En el 2008 intentó calificarse para el equipo olímpico pero no lo consiguió al terminar en cuarto puesto en las finales de 50 metros, después de esto tomó la decisión de retirarse. Para este momento tenía un total de cinco medallas de oro, tres de plata y dos de bronce.
Desde entonces, Hall se ha convertido en un referente, participa en charlas y es modelo para otros deportistas y niños, además de crear conciencia de la enfermedad de la diabetes.
También trabaja para una empresa que fabrica productos para la prueba de la diabetes y con una variedad de organizaciones nacionales e internacionales dedicadas a estudiar la diabetes y ayudar a los niños que viven con la enfermedad. Él dice que ahora que ya no compite, puede tener una dieta un poco menos estricta.
Esta enfermedad no debe detener a nadie de seguir con su vida y con sus sueños. Gary mantiene una agenda muy ocupada.
Habla también en eventos para recaudar fondos para la diabetes en todo el país y ha comenzado su propio trabajo social, también fue miembro del Diabetes Dream Team, un equipo de especialistas que ayuda a las personas con diabetes a realizar sus sueños y metas. Este valioso equipo cuenta con nutricionistas, endocrinólogos, enfermeras y otros especialistas, todos con el objetivo de ayudar a otros con su enfermedad.
Adicionalmente Gary junto a su padre tiene un proyecto llamado The Race Club que es un club de natación que sirve como grupo de entrenamiento para los nadadores experimentados del mundo, para poder entrenar en el club hay que estar clasificado en el top 20 de nadadores mundiales durante los últimos tres años, o top 3 en el país de origen.
Valentina Vezzali es apodada «La Cobra» en su Italia natal debido a su velocidad mortal y exactitud en la pista de esgrima. Vezzali, una policía de Roma de día, se ha convertido en una heroína nacional y celebridad gracias a su destacado récord olímpico y de alto perfil en un deporte que está dominado por Italia, la esgrima.
Incluso antes de Londres 2012, fue la única mujer en ganar tres medallas de oro individuales consecutivas, en Sydney en 2000, luego en Atenas y Beijing, lo que la convierte en el mejor esgrimista en la historia del deporte. Pero Vezzali, portadora de la bandera de su país en los Juegos, no pudo retener el título y ganó el bronce por detrás de las compañeras italianas Elisa Di Francisca, la campeona, y la medallista de plata Arianna Errigo. Vezzali, de 38 años, recogió su sexta medalla de oro olímpica, dándole un récord de nueve medallas en total, superando a Giovanna Trillini’s Games.
Vezzali nació el 4 de febrero de 1974 comenzó con la esgrima cuando tenía sólo seis años en Jesi, una región de Italia con una historia en la producción de esgrimistas de élite. Junto con sus logros olímpicos, también ha ganado trece campeonatos mundiales de esgrima y nueve medallas de oro en el campeonato de Europa.
Vezzali admite que perder el título individual fue muy decepcionante. Y con su mirada en el récord de 39 medallas de los Juegos Olímpicos y del Campeonato Mundial fijado por Edoardo Mangiarotti parecía todavía tener un trabajo pendiente.
Vezzali fue señalada por el presidente del COI, Jacques Rogge, como uno de los atletas destacados cuyos logros iluminaron Londres 2012.
En abril del 2016 ella ganó una medalla de plata en los campeonatos mundiales por equipos en Río de Janeiro y había anunciado previamente que los campeonatos del mundo serían su última aparición en la pista.
Vezzali, de 42 años, no pudo clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río después de una derrota en noviembre. Ella ganó nueve medallas olímpicas y 16 oros del mundo durante su carrera.
Oficialmente ya el el surf es finalmente un deporte olímpico, esto ocurrirá a partir de los juegos que se realizarán en Tokio en el 2021.
El evento se ha planificado para que tenga lugar en el océano y no en una piscina de olas artificiales y será en Chiba una zona costera que se ubica a 45 minutos en tren desde Tokio
El evento contará con 40 competidores en total: 20 hombres y 20 mujeres solamente en formato Shortboarding de alto rendimiento, no existirá ninguna división del longboard, del bodyboard, o del SUP.
Estarán representados países de todo el mundo, incluyendo muchos surfistas que no están en el WCT ( World Championship Tour).
El COI (Comité Olímpico Internacional) decidió realizar este deporte en el mar para evitar inversiones por parte de los países anfitriones en infraestructura que después queda abandonada y sin uso, más bien están buscado que en cada país queden construcciones que puedan ser utilizadas por las ciudades anfitrionas después de los juegos.
El evento se realizará en dos días, elegidos para que coincidan con una muy buena ventana de dos semanas de excelente oleaje que se espera para ese momento. Se espera que sea de los primeros deportes en entrar en acción pero se podría modificarse para esperar el mejor oleaje al final de los juegos. Esto lo han planificado con datos históricos que se han acumulado por 10 años y los mismo ocurre para las condiciones de viento.
Para futuros juegos en donde no exista una zona costera cerca puede ser que se lleguen a considerar versiones avanzadas de piscinas con olas.
Próximamente se decidirá el formato clasificatorio, por el momento saben que quieren tener a los mejores atletas y que provengan de la mayor variedad de latitudes posibles, quieren la universalidad geográfica, lo que significa la mayor cantidad de países representados.
Era una mañana de abril del 2000 cuando un joven de 22 años escuchaba la radio en su casa en Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial, él era Eric Moussambani.
Se daba un anuncio en donde se invitaba al público que quisiera intentar un lugar para ser parte de una representación olímpica nacional de natación a participar en un evento para elegir a los candidatos. El joven ni siquiera era miembro de un club, y mucho menos del equipo nacional, pero aún así se comprometió a asistir al evento para elegir a los miembros que serían los representantes.
Fue el único que se presentó y por esto fue seleccionado para los Juegos de Sydney.
A él le gustaba la natación un deporte nada popular en su país y entrenaba solo sin asesoramiento y sin experiencia en una piscina de 13 metros que le autorizaron a utilizar en un hotel de su localidad. El único horario de uso que le autorizaron era de 5 am a 6 am sólo por tres horas a la semana, por lo cual para poder tener más oportunidades de practicar solía ir a nadar a los ríos y al mar.
Sus asesores fueron los pescadores de la zona que le decían como debía mover sus piernas dentro del agua y cómo nadar., nada de profesional en absoluto.
Moussambani siempre fue activo cuando era niño, su familia a veces se las veía difícil para comprarle cualquier equipo. Él creció en Malabo con su madre y sus hermanas y de niño solía jugar fútbol americano, voleibol y baloncesto, pero no era bueno en ninguna de ellas.
También le gustaba el ciclismo, pero su madre nunca pudo comprar una bicicleta, porque en ese momento era demasiado cara por lo que aprendió a andar en bicicleta con las que tomaba prestadas de sus amigos.
Moussambani tenía 22 años cuando fue a Sydney para los Juegos, ni siquiera había oído hablar de Sydney o Australia, además era la primera vez que salía de su país, este viaje les llevó tres días con una gran cantidad escalas.
Moussambani ganó el pase a los Juegos Olímpicos sin cumplir con los requisitos mínimos de calificación a través de un sorteo de comodines diseñado para fomentar la participación de los países en desarrollo que carecen de instalaciones de formación completa.
Eric no asistió solo a estas olimpiadas, en su equipo iba la representante femenina, Paula Barila Bolopa, la única nadadora ecuatoguineana en los Juegos Olímpicos del 2000. Ella compitió en el evento femenino de 50 metros libre, luchando por terminar la carrera con un tiempo de 1:03.97. Con este tiempo estableció un récord para el tiempo más lento en la historia olímpica para una distancia de 50 m en estilo libre.
Cuando Eric llegó a su destino su mirada se llenó de asombro, miró la Villa Olímpica, las instalaciones en Homebush Bay, donde vio por primera vez una piscina de 50 metros, estaba realmente asustado pues sabía que debía recorrer esa piscina dos veces, para eso había llegado hasta Sydney.
Mientras preparaba su evento casualmente estaba al mismo tiempo entrenando el equipo estadounidense y aprovechó para ver sus técnicas de cerca y aprender de ellas. También recibió asistencia de un entrenador sudafricano, esto después de comprobar con Moussambani que él era realmente un nadador que competía en los juegos. Este entrenador tuvo la amabilidad de poner en sus manos un par de lentes de competición, unos trajes de natación y le ayudó a trabajar en su técnica.
El evento de Moussambani sería en la mañana del 19 de septiembre del 2000, cuando salió a la competición masculina de 100 metros libre con Karin Bare, de Nigeria, y Farkhod Oripov, de Tayikistán. Después de que sus compañeros competidores fueron descalificados por hacer salidas en falso, Eric de repente se encontró nadando solo en el carril 5.
Según cuenta él en una entrevista, dijo que se sintió muy bien los primeros 50 metros y se enfocó en su mente para decirse que podía seguir adelante hasta el final. Sabía que todo el mundo tenía su mirada puesta en él incluyendo su familia, su país y sus amigos. Contrario a cualquier nadador en una olimpiada para él el tiempo no era importante lo único que quería era terminar.
Al dar la vuelta en los primeros 50m se sintió desfallecer sus piernas se tensaron y tuvo la impresión de que no iba a ninguna parte, para ese momento la multitud le gritaba que siguiera y esto le llenó de fuerza para terminar.
Fue así como se convirtió en el primer nadador de su país en competir en los 100m libre en una competición internacional. Y lo hizo con un tiempo de 1:52.72. Este fue el tiempo más lento en la historia olímpica, aunque tuvo problemas para terminar la carrera, técnicamente él la ganó.
Curiosamente en esta olimpiada se estableció un nuevo récord mundial por parte de Pieter van den Hoogenband con un tiempo de 47.84 en las semifinales.
Después de este evento Eric saltó a la fama y fue buscado para dar entrevistas, todos querían saber su historia de cómo había llegado y nadado su prueba ganadora.
Con el paso de los años Eric ahora es un ingeniero en informática y a su vez ha logrado que en su país hayan dos piscinas de 50 m e increíblemente ha logrado establecer una marca en su país de 57 segundos en 100 m además ahora se dedica a entrenar a otros jóvenes en su país que quieren ser nadadores profesionales, tiene a su cargo el equipo nacional de natación de Guinea Ecuatorial.
Un día normal para Eric inicia a las 5 am para correr tres kilómetros, luego tomar una ducha, desayunar y luego irse a trabajar de 8am a 5pm. Luego entrena a los nadadores los martes, jueves, viernes y sábados, de 6 a 10 pm.
Eric es realista y sabe que las probabilidades de su equipo contra las potencias deportivas del mundo son extremadamente reducidas. No es sencillo educar o entrenar al equipo nacional de natación en Guinea Ecuatorial sin los materiales de capacitación para ir superando objetivos.
Cuanto más hago algo y avanzo en edad, más entiendo que tengo una cantidad limitada de tiempo para conseguir lo mejor de mí, por lo cual no queda otra senda que buscar lo mejor a cada instante.
Estos son algunos consejos sabios que todos podemos aplicar en nuestra vida, para lograr avanzar en positivo, buscando lo mejor a cada instante.
Mantener las áreas de trabajo, entrenamiento, cocina, dormitorio, en general donde pasamos nuestro tiempo, en orden y con un ambiente que nos motive, y nos haga sentir cómodos para estar ahí, y poder realizar cada una de las actividades de manera más fluida y agradable. Esto a su vez, le permitirá encontrar las cosas que necesita de manera más sencilla evitando estrés por perder algo que necesita de inmediato.
No guarde cosas que no necesita, es mejor sacar esas cosas, y tal vez darlo a alguien que sí lo usará y aprovechará.
No deje cosas tiradas, que puedan provocar que usted o alguien mas se pueda tropezar pues puede pasar un mal rato, sin necesidad y a la vez accidentarse. Por ejemplo si usted llega a un área de su casa organizada y limpia, eso le hará sentirse relajado y tranquilo, y si esa área es su cuarto de descanso, será un gran placer para usted conciliar el sueño hasta la mañana siguiente.
Un consejo que muchas veces nos cuesta aplicar, por una u otra razón es la puntualidad, especialmente en nuestra cultura latina somos mas propensos a fallar con los horarios establecidos, en la medida de lo posible busquemos no andar apresurados, salir de nuestra casa con buen tiempo. Cuando planeemos nuestro día, planifiquémoslo para que no tener que andar encarrerados.
Algo que me ha ayudado siempre son las listas de tareas, usar una agenda o un planificador. Esto se facilita mucho hoy con la tecnología, pero teniendo claro que debemos enfocarnos en lo que realmente podremos ejecutar, de lo contrario nos llenaremos de frustración al ir dejando cosas sin hacer cada día.
Poner atención a nuestra conducta, y a lo que decimos es algo de impacto, es importante hablar apropiadamente para poder darnos a entender bien con los demás. La educación nos ayuda mucho en el día a día, dar un buenos días o saludar al llegar abre puertas, sostenerle la puerta a alguien para que pase también así como un por favor, gracias y lo siento siempre que sea necesario.
Escuchar es un gran gesto que hoy se ha convertido en un don, pues hay tanto para distraernos que una escucha auténtica es muy pero muy agradecida.
La higiene es algo que nos gusta a nosotros y a las otras personas también, por lo cual, es bueno asearnos bien pues esto nos hará sentirnos mucho mejor, y a la vez actuaremos coherentes con nuestro estado, debemos cuidar nuestra piel, lavarnos la cara todos los días, usar protector solar o sombreros para protegernos, las uñas limpias, lo ideal es que se vean siempre bien.
Es valioso decir, que todo lo que hagamos debemos hacerlo con completa libertad, de que realmente lo hacemos por nosotros mismos, y no por lo que vayan a pensar los demás, con esto lo que quiero decir, es que tampoco la idea es dejar de ser uno mismo, o dejar de disfrutar de nuestras propias imperfecciones que nos hacen humanos únicos, sino que se trata de querer ser mejores en uno en varios aspectos de nuestra vida.
Si hubo un equipo que supo dar lo mejor, sin rendirse con un trabajo mental bárbaro en las pasadas olimpiadas, y que impactó al mundo mientras se gestó su encuentro, fue el conformado por el de Nadine y su compañera de juego Joana Heidrich
Nadine Zumkehr nacida el 5 de febrero de 1985 es una jugadora de voleibol de playa de origen suizo.
Desde el 2012, jugó con Simone Kuhn, juntas participaron en el torneo de los Juegos Olímpicos de Verano 2012 y fueron eliminadas en la ronda 16 por la pareja estadounidense de Jennifer Kessy y April Ross, quienes mas adelante durante las olimpiadas ganarían la medalla de plata.
A partir del 2013 pasó a jugar con Joana Heidrich con quien participó en los Juegos Olímpicos de verano de 2016 en Río, donde desde el 12 de junio inciaron con su presentación olímpica.
Ella y su compañera de juego pasaron a la fama dentro de los juegos, por el juego épico que perdieron contra el primer equipo de Brasil conformado por,Talita Antunes y Larissa Franca.
El equipo brasileño debía dejar todo en cada juego que enfrentaba ya que se encontraba en su propia casa, en su terreno, ante las miradas de todo un país que les pedía una medalla, esto hizo este juego aún de mayor relevancia para la mirada mundial.
Este fue un partido de 3 sets (21-23, 27-25, 15-13), que pasó a ser el partido más largo en Río, en los cuartos de final jugado el 14 de agosto.
Acá comparto un enlace a un video de una de las mejores jugadas de este partido:
Pasadas las olimpiadas, Zumkehr jugó su último juego de Voleibol de Playa en las Finales Mundiales de Toronto en el mismo año 2016, donde la pareja de deportistas pudo tener su desquite llegando a la final ante las medallistas de oro olímpicas alemanas, Laura Ludwig y Kira Walkenhorst, logrando obtener la medalla de plata.
Posterior a este logro y de alcanzar esta meta, ella tomó la decisión de hacer un cambio en su vida y retirarse, por su parte su compañera de juego continua activa en el volleyball representando a su país.
Si hay una historia cargada de unión familiar esta es la de Tony Gonzalez.
Su familia de distintas procedencias, razas, religiones y culturas llegaron a los Estados Unidos como emigrantes sin ninguna posición privilegiada, en busca del sueño americano o al menos la definición que conocemos de este concepto que es fama, fortuna, estatus social y todo lo que esto atrae y conlleva.
Anthony González nació el 27 de febrero de 1976 en Huntington Beach, California, al sur de Los Ángeles. Él y su hermano mayor, Chris, fueron criados por su madre, Judy.
Esta madre trabajadora y amante de sus hijos tuvo que tener dos trabajos para poderlos sacar adelante.
Su madre desde pequeños les enseñó los altos valores espirituales y familiares. Esto los hizo crecer con una madurez diferente con lo niños de su edad, que a la fecha siguen teniendo presente en sus vidas.
Cuando Tony tenía 12 años su madre se casó con el que sería su figura paterna un hombre sabio y que dio todo por su familia, este hombre los marcó.
Tony lo define con realmente un líder, alguien que lo supo guiar, que les enseñó que lo más importante es la familia y que hay que hacer todo lo que sea necesario hacer por su bien y para protegerla.
Lastimosamente él falleció por un cancer intestinal con el que batalló por mucho tiempo siendo esto un fuerte golpe para la familia.
El apellido de Tony y su color de piel hicieron que la mayoría de la gente pensara que era un hispano puro. Pero sus raíces familiares corrieron mucho más profundamente.
Una de sus abuelas era blanca y la otra provenía de Jamaica. El padre de su madre era parte indio americano y parte afroamericano. Su otro abuelo era un nativo del cabo Verdan, situado entre las islas portuguesas de la costa africana.
Su apellido, Goncals, se pronuncia «González» cuando se americaniza, y cuando llegó a los Estados Unidos, así fue grabado. Ha sido su apellido desde entonces.
Cuando era niño, los deportes no eran prioridad para Tony, aunque su hermano mayor Chris era un excelente atleta.
Tony no tenía ningún interés en seguir sus pasos. A sus amigos les gustaba la patineta, las bicicletas y pasar el rato en la playa y Tony era feliz haciendo lo mismo.
Lastimosamente Chris su hermano mayor a la edad de 7 años fue atropellado por un vehículo en forma muy traumática y esto le impidió, debido a una factura en su pierna, poder practicar en forma profesional, como él añoraba, el deporte que siempre amó, el futbol americano, por esto siempre motivó a su hermano a que fuera hacia esta senda.
Chris, no quería dejar a su hermano pequeño fuera del mundo de los deportes y lo convenció para que al menos probara algo de deportes grupales.
En el otoño de 1987, a los 11 años Tony aún no sentía que eso era lo suyo y decidió salirse después de unos cuantos juegos. La temporada siguiente, Chris convenció a su hermano otra vez, esta vez, Tony logró quedarse más tiempo, aunque aun no sentía que el deporte lo capturara.
Lejos de los deportes que su hermano le quería ofrecer, Tony tenía otros problemas, un matón escolar lo molestó durante todo el octavo grado casi todos los días, por esto se apresuraba a regresar de la escuela a su casa para refugiarse.
Pero después de un año de correr y esconderse, ya había tenido suficiente. Tony finalmente se puso de pie ante su torturador, y la confianza que sintió se derramó en otras áreas de su vida y Tony ganó fama en su escuela.
En el verano de 1990 el padre de un amigo pensó que el adolescente podría hacer un buen papel en la cancha de baloncesto y estaba en lo correcto, Tony anotó 18 puntos en su primer juego y desde ese momento su capacidad atlética se desbordó.
Ingresó por primera vez a un equipo de fútbol en su primer año en Huntington Beach High School, acá aprendió de este deporte y demostró su potencial para jugar la misma posición que su hermano jugó. Pero el baloncesto siguió siendo su primer amor.
Comenzó a ganar la atención nacional como un junior, cuando promedió 17,1 puntos y 9,1 rebotes. Recibió una mención honorífica de All-USA por USA Today, para este momento ya estaba siendo reclutado por los mejores programas universitarios, siendo su primera opción la Universidad de Arizona.
Fue en su campaña juvenil donde explotó como jugador clave y brillante logrando siete touchdowns.
Tony disfrutó de un año aún mejor como senior acumulando 13 touchdowns llegando a ganar el honor más prestigioso en la primavera de 1994, cuando compartió el premio al Atleta de la Escuela del Año de su región con Tiger Woods.
Tony tenía el mundo del deporte universitario a sus pies y aunque estaba loco por el baloncesto, parecía que el fútbol era mas claro para una carrera, Tony finalmente decidió ir a la Universidad de California en Berkeley.
Actualmente después de jugar por 17 años con los Falcons como una estrella del futbol americano, él se ha retirado y ha dedicado su vida a un nuevo enfoque al trabajar como asesor en deportes.