Justo 14 semanas antes del evento madre en Cozumel según teníamos programado el profesor y yo, le escribí para que me enviara el programa de sobrecarga que era de doce semanas, cuando se está apunto de iniciar esta etapa se siente mucho temor y ansia de conocer en qué consistirá, uno se pregunta ¿seré capaz de poder ejecutarlo al 100%?, ¿qué tan fuerte será?, ¿tendré tiempo para realizar cada entrenamiento?, ¿me aguantará el cuerpo sin lesionarse?, son algunas de las dudas y temores que acompañan a un evento de este tipo. Una vez con el programa en la mano me dediqué a leerlo con calma y a comprenderlo muy bien, se va armando su esquema mental conforme se lee y se va armando una agenda tentativa.
Adicional al programa de entrenamiento siempre llevé de la mano y en forma muy cuidadosa la parte nutricional para lo cual siempre tuve la asesoría y consejo de Mónica Umaña, la preparación para este evento nos llevó meses de ajustes y pruebas con distintas opciones de alimentos e hidratación los cuales probaba durante mis sesiones de entrenamiento, de esto deseo hablarles en una publicación independiente ya que su importancia lo amerita.
Una vez aclaradas las dudas y habiendo conversado mucho con el profesor inicié con la sobrecarga la cual consistía en 9 sesiones de entrenamiento semanales, mas o menos una mas de las que usualmente hacía si contaba las sesiones de musculación en el gimnasio, las cuales por cierto suspendí pues no daba ni el tiempo ni el cuerpo para tanto trabajo, la sobrecarga siempre tenía que contar con un día de descanso a la semana, lo cual significaba que habrían tres días de doble sesión, estos días los debía de agendar en forma muy estratégica durante la semana e ir midiendo las horas de sueño, las horas de trabajo en la oficina, así como cualquier otro compromiso que se presentara de la vida diaria.
Poco antes específicamente para el mes de setiembre recibí una noticia que me cayó como una piedra en la cabeza, recuerdo que estaba en el trabajo cuando me llamó mi madre y me indicaba que le habían dado el resultado de la mamografía, recuerdo que vi aquel papel que hablaba de un diagnostico, uno que no era de muerte pero sí que debía ser atendido a la brevedad posible, la cirugía para ella sería necesaria, mi preocupación era que esta fuera en los días que yo estaría en el evento, a pesar de esto y sintiendo todo lo que se puede sentir en estos casos tomé la decisión de avanzar un día a la vez y seguir con mi programación inicial, si las cosas se acomodaban iría al evento y si por alguna razón las cosas se presentaban de manera distinta el evento quedaría suspendido.
En mi próxima publicación les contaré parte de las sensaciones durante la sobrecarga.
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