Este evento lo disfruto mucho no solo por la zona en donde se hace, el Pacífico Central de Costa Rica, sino también porque muy cerca del lugar del evento existe un restaurante que desde mi niñez solía visitar en los días de camping con mis padres, el nombre de lugar es Juanita, ahora el lugar ha evolucionado ya no solo es un área de camping sino que adicionalmente cuenta con un delicioso restaurante donde se come el mejor filete de atún a la pimienta.
Nadar en esta playa tiene ventajas, queda cerca del área metropolitana y usualmente es muy tranquila sin corrientes que puedan afectar durante el evento. Ese día éramos alrededor de unas 200 personas que nadaríamos, las rutinas son las mismas estiramiento, calentamiento dentro del agua por unos diez minutos, luego mantenerse hidratado, si el evento se atrasa siempre tener a la mano algo para comer una media hora antes de la salida.
La salida de este evento fue una sola, no hubo separación por sexos, lo cual lo torna más estratégico, si eres bueno nadando lo mejor es estar siempre adelante pero en este caso se estaría con los mejores nadadores masculinos también así que hay que saber dónde ubicarse, me gusta siempre tener la boya de inicio a mi derecha así puedo empezar un poco alejada del tumulto e irme alineando una vez en el agua con ella, esta decisión solo cambia sin la corriente es contraria en cuyo caso busco estar al lado izquierdo de la boya para que la corriente sea la que ayude en el trabajo de alinearse y a su vez no caer en el puro centro del tumulto de la salida, esto no siempre se logra pero se procura evitar, si sucede no se entra en pánico solo se busca encontrar tu espacio poco a poco para nadar en forma más libre de tantas personas cerca, personalmente me gusta nadar sola, contrario a otros nadadores que prefieren ir pegados a alguien yo procuro ir sola con mi estrategia, mi ritmo y mi paz, solo busco alinearme con algún nadador ya cuando se va acercando la salida para aumentar el ritmo y comenzar a patear más fuerte eso sí debe de ser alguien que te rete para que puedas lograr un buen cierre.
Este evento transcurrió gracias a Dios con total naturalidad, no hubo mayores contratiempos y como siempre lo disfruté de gran manera y lo mejor luego vino la recompensa, el filete de atún a la pimienta.
Ya para cuando hice este evento era el mes de setiembre, mes en que según la planificación del profesor Yamil Brenes debíamos empezar con la sobrecarga, faltando doce semanas exactamente antes del evento, fue así como vino una nueva experiencia, aprender a conocer lo que es una sobrecarga para un evento de larga distancia en triatlón, de esto les escribiré en mi próxima entrada.
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Te cuento una anécdota del restaurante Juanita. No sé si está relacionado pero cuando Yamil y yo éramos niños, junto con nuestra hermana Melania, nuestras vacaciones de familia eran siempre en Herradura. En ese tiempo, a veces solo éramos como 5 familias acampando en toda la playa. No había servicios, solo una casita súper humilde, la de doña Juanita. Ella alquilaba baños y servía comida. Claro, nosotros casi nunca comíamos ahí porque mi mamá hacía sanguchitos de atún con arena, pero creo que alguna vez comimos ahí. Doña Juanita en esa época ya era una abuelita, y nunca nos enteramos cuándo murió, pero supongo que alguien habrá hecho un restaurante con su nombre. También en Herradura íbamos los tres hermanos, Yamil, Melania y yo, a nadar mar adentro. Como Yamil era el campeón siempre iba adelante. En aquel entonces había una casita flotante donde íbamos a pasar la tarde. Nadábamos hasta allá, yo, muy carajilla aún, le decía a Yamil «¿Y si nos sale un tiburón?» y el respondía «Pues, nos come y ya». jiji Así es que yo nadaba rapidísimo y con el corazón en la mano. Luego Yamil se iba solo hasta la punta de Herradura y no lo veíamos hasta varias horas después. Él feliz contando lo que vio y mi mamá seguro más asustada que nosotros. 🙂
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Ah, y desde hace muchos años me niego a volver a Herradura. Yamil y mi otro hermano Omar me dicen que está muy bonito aunque ha cambiado tanto, pero me da un no sé qué. Muchos recuerdos bonitos de familia y mucha cavanga. 🙂
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Saludos Patricia, con las descripciones que me das definitivamente es el mismo lugar pues cuando yo iba doña Juanita ya era una señora mayor, yo para ese entonces aun no nadaba tanto como ahora por lo cual lo que hacía era que me llevaba la bici BMX que tenía y me iba de Herradura a Jacó y en eso me la pasaba, disfrutaba mucho, de verdad que es un lugar maravilloso vale la pena que te animes a regresar, al rato y es mas positiva la visita que negativa. El restaurante Juanita la última vez que fui lo administraban lo hijos de doña Juanita, y de verdad que ese filete es una delicia.
Muchas gracias por compartirme esa parte tan hermosa y llena de recuerdos de su vida y la de Yamil.
Un fuerte abrazo a la distancia te deseo un excelente año 2016.
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Algún día 🙂 Feliz Año Nuevo para vos y tu familia.
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Lo mismo para ti, muchas muchas bendiciones y a descubrir nuevas aventuras este 2016 🙂
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