¿Qué está haciendo?

El cruce del Golfo Papagayo es un evento particularmente significativo para mí en cuanto a emociones se refiere, fue el último que hice antes de que falleciera mi amada Tía Laly, ella siempre se emocionaba mucho con mis aventuras, su comentario en el Facebook realmente me llenó de gran alegría para felicitarme por la realización de ésta gesta.

El cruce es realmente majestuoso, el Golfo de Papagayo por sí solo es un lugar digno de visitar y admirar y tener la oportunidad de nadar en ahí es otro nivel de experiencia. He tenido la oportunidad de nadarlo 3 veces dos en relevos con mis compañeros de Heredia y una en forma individual, consiste en nadar 7 km en el caso de los relevos se divide el trayecto por equipos los cuales deben de estar conformados por hombres y mujeres, el equipo que logre completar la distancia en el menor tiempo posible es el ganador; la logística del evento ha sido innovadora y la han ido mejorando cada vez más, hacer el evento en relevos es muy emocionante ya que, con los compañeros se define la estrategia y como todo plan puede tener o no contratiempos por ejemplo, uno se puede perder por falta de visibilidad, la corriente puede hacer perder el trayecto a seguir y se debe corregir a tiempo para no terminar nadando más de la cuenta, en ocasiones como ya ha ocurrido el clima no favorece en absoluto y es necesario  retirar a los nadadores del agua por su seguridad.

En el caso de los relevos el que inicia nada hacia un bote en donde se encuentra su segundo compañero que le recibe, debe darle una palmeada antes de que el otro nadador siga con el recorrido, el que llega se queda en el bote esperando que vayan llegando cada uno de los nadadores hasta que ya estén todos en el bote éste puede desplazarse, el segundo nadador se dirige a otro bote en donde se encuentra el tercer nadador y el proceso se repite hasta completar la distancia, es una gran emoción cuando todos los nadadores ya estamos en la playa esperando a nuestro último relevo para saber y comentar de todo lo acontecido.

En el caso de la realización del recorrido en forma individual el nadador es transportado junto con los demás nadadores del primer relevo a la playa de salida en un autobús, ahí se estira y se espera el momento de la salida, esos momentos de espera son de nerviosismo ya que, todos los nadadores se enfrentan con el paisaje del Golfo, se coloca el bloqueador, y luego todos los implementos que se llevan como sandalias, botellas, camisas, entre otros y se colocan en una bolsa numerada para cada persona, ésta bolsa es trasladada por la organización al punto de meta donde posteriormente se le es entregada a cada uno.

La salida se hace desde el agua más o menos con el agua a nivel de la cintura o un poco más, suena una corneta, se hace una oración y comienza la cuenta regresiva; todos salimos en el mismo momento y así empieza la aventura de cruzar ese Golfo, al inicio se logran ver erizos marinos, peces de colores, algas y corales es realmente bonito nada de qué asustarse sino más bien digno de admirar, luego, conforme se nada más y más profundo no se logra ver nada, y es en este momento en que entra en juego la importancia de tener referencias visuales fuera del agua y en puntos fijos en tierra o tomando como referencia el bote para no perder la línea, la última vez que fui nos la pusieron muy sencillo con un camino marcado por boyas que a la distancia se veían como la marcación de una pista de aterrizaje lo cual ayudó mucho, aun así, las corrientes casi siempre están presentes y es necesario ir corrigiendo el ángulo de nadado para alinearse.

En este evento estaba doña Luz una señora que para ese momento podría tener aproximadamente 55 años y Néstor de unos 45, doña Luz ya era una nadadora experimentada, dueña de su vida, madre, abuela y realmente alegre, de esas que te alegran la vida con solo verla llegar, y además hace un café con tortillas delicioso, doña Luz formaba parte de nuestro grupo de natación al igual que Néstor, también padre y un gran hombre de esos que te enseñan a ver la vida con simpleza sin tanto adorno, ambos iban a nadar el cruce completo en forma individual, su alianza fue la siguiente, Néstor no creía lograrlo y se asustaba mucho con el reto, doña Luz por el contrario no dudaba ni un pelo, acordaron que nadarían juntos uno al lado del otro sin separarse estableciendo un ritmo cómodo para ambos, en el momento acordaron que iban a salir de último ya cuando todo el mundo se hubiera ido para salir sin estrés y con todo el océano para ellos y así salieron, luego me comentaba doña Luz que todo iba muy bien hasta que de repente se le perdió Néstor, ella paró a buscarlo y no lo veía, en eso vino un oleaje y Néstor que flotaba boca arriba fue levantado un poco por la ola con lo cual doña Luz alcanzó a verlo, y gritarle: -¿Néstor que está haciendo, le pasa algo? y él tranquilamente contestó: – doña Luz estoy orinando, ¡ay Dios, ese par era un caso! pero ningún evento hubiera sido lo que fue sin ellos que nos enseñaban con su ejemplo y nos hacían reír con sus historias, así como salieron de último y con la descripción hecha de paradas a orinar y conversaciones mientras nadaban, también fueron los últimos en llegar a la meta, recuerdo que todo el mundo decía en la playa, aún faltan dos nadadores en llegar hay que esperar para cerrar el evento hasta que ellos lleguen, cuando llegaron el aplauso fue tremendo y su alegría y la de nosotros más.

Para nadar una distancia como ésta entran en juego la hidratación y la reposición de carbohidrato en mi caso ya había pensado en esto con asesoría de mi nutricionista Mónica Umaña, para lo cual llevaba un par de geles los cuales debía consumir en tiempos programados, la hidratación la daban en cada bote donde llegaban los relevos pero en mi caso nunca los vi, seguro les pasé bien de lejos así que nunca tomé líquido, sin embargo debido a la buena hidratación de días previos el cuerpo respondió en forma favorable y por su puesto ya para estos tiempos el bistec encebollado previo no pasaba por mi mente.

Después de casi 7 años de nadar en forma continua con pausas de intensidad por razones de estudio, ya sentía que era el momento de empezar a hacer algo diferente, para ese entonces tenía un compañero de trabajo que hacia triatlón, recuerdo cuando llegó por primera vez y vio mi fondo de pantalla en la computadora de Ian Thorpe con su monumental brazada en una toma desde el fondo de la piscina él preguntó: – ¿quién se sienta ahí?, y le contestaron: – Eren, luego nos vimos e hicimos una bella amistad, la cual desembocó en que él al ver que me gustaba tanto nadar me dijera: usted debería hacer triatlón; algo que en mi mente nunca había considerado, además me dijo que una de la principales debilidades de los triatlonistas es la natación por lo cual usted ya tendría una gran ventaja. No le di importancia a su comentario sin embargo, él me siguió insistiendo durante un buen tiempo hasta que un día pasó lo que les contaré en mi próxima entrada con mi querido amigo Luis Diego García.

Les dejo este enlace de un vídeo

Amigos de la natación. Parte de los relevos. De derecha a izquierda, Diana, Mauricio, Alix y yo.
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tomado en el momento del evento para que tenga una mejor idea del entorno: Video

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