Una bicicleta Benotto con rodines

Durante mi época de escuela primaria estuve en un equipo de atletismo esta fue tal vez mi primera incursión en el mundo deportivo, eso sin contar que en mis tiempos se crecía diferente, corriendo, brincando, jugando escondido, subiendo a árboles de jocote, guayaba, limón o de mango para bajar las frutas, entre otras actividades que para nosotros los del barrio eran las normales de cada día, y que hoy se considerarían por muchos como deportes de riesgo extremo.

No determino cuanto tiempo estuve en este deporte durante mi primaria pero lo que sí determino es que un día llegué a mi casa y le dije a mi madre que ya no quería ir mas a ese equipo, su respuesta me impactó en ese momento y para el resto de mi vida, ella me dijo ¨nunca empiece algo y lo deje sin terminar así que no se salga de ese equipo, siga adelante y finalice con su proyecto¨. Aun escribiendo esto hoy siento el impacto de esa enseñanza de mi madre.

Un detalle que no puedo dejar de mencionar es que durante toda mi época de la niñez, primaria y parte de la secundaria siempre mi medio de transporte fue la bicicleta, una Benotto con rodines para ser exactos traída de la frontera (Panamá) que después evolucionaría a una BMX. Mi papá con su grandioso método de docencia me enseñó muy rápido tirándome de una cuesta, ya para cuando llegué abajo ya había aprendido, claro ¿cómo no? o era aprender o perder lo dientes, después de tremenda enseñanza los rodines ya no fueron necesarios y con ella iba a comprar el pan, a la carnicería, a la pulpería a los ensayos de la banda escolar, en resumen ese era mi medio de transporte.

Con el tiempo vino mi época de estudio en el colegio y la universidad y esto se convirtió en mi prioridad por lo cual la actividad física tuvo su pausa importante por muchos años.

Espero en mi próxima entrada compartirles cómo inicie luego de años de sedentarismo a practicar el deporte de la natación.